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Inversión

La inversión petrolera en Argentina crecería 24% durante 2018

28 de noviembre de 2017 - 13:15

Para el próximo año se esperan desembolsos por 8211 millones de dólares, en un mercado que se verá afectado por el contexto internacional, destaca Pablo Fernández Blanco en un reporte para lanacion.com.ar.

Tras el aterrizaje forzoso al que se sometió la inversión petrolera en el país debido a la crisis de los precios internacionales, los desembolsos de las principales compañías del sector volverán a escalar el año próximo, según se desprende de datos oficiales.

En el sector señalan dos motivos que apuntalan esas erogaciones.

Por un lado, los acuerdos de competitividad firmados este año con los sindicatos petroleros (Neuquén, Chubut y Santa Cruz), que allanaron las habitualmente conflictivas relaciones con la conducción empresaria y permitieron aumentar la productividad.

Pero también hay una tendencia mundial a mirar la formación de recursos no convencionales Vaca Muerta como una alternativa de desarrollo concreta mucho más que en años anteriores.

Según el informe enviado por la Jefatura de Gabinete al Congreso a principios de este mes, el Gobierno espera que el año próximo las compañías petroleras inviertan como mínimo US$ 8211 millones para producir petróleo y gas en el país.

Esa cifra representa un incremento del 23,74% en comparación con la cifra de este año, apenas superior a los US$ 6869 millones. Y también estará por encima de los US$ 6696 millones del año pasado, aunque todavía no alcanzaría los US$ 9755 millones del último año de gestión kirchnerista.

El Ministerio de Energía, a cargo de Juan José Aranguren, suele tener información precisa con respecto a las inversiones, dado que las empresas están obligadas a presentar sus planes con carácter de declaración jurada.

Más aun: a partir de una resolución que promociona el desarrollo de la producción de hidrocarburos en la cuenca Neuquina por métodos no convencionales, "varias compañías están presentando nuevos programas de desarrollo que adicionarán inversiones a las ya estimadas", sostiene el documento oficial.

Los números del año próximo permiten ilusionar a un sector que fue castigado no sólo por el cambio de modelo económico -entre otras cosas, el denominado barril criollo, que implicaba un precio sostén para la producción local de crudo, fue eliminado en octubre pasado-, sino también por un contexto internacional adverso, que derivó en despidos de personal en todo el mundo.

De todas maneras, la recuperación de la inversión discrimina por productos (el gas comenzó a aumentar su participación en detrimento del crudo), algo que también derivó en una distinción geográfica en la que Neuquén parece favorecida, a diferencia de Chubut. En parte, eso se debe a que los petroleros comenzaron a tomar en serio Vaca Muerta.

La formación de recursos no convencionales, que se extiende principalmente en el subsuelo neuquino, fue uno de los grandes eslóganes para atraer inversiones en la última etapa del kirchnerismo, pero recobró impulso en la presidencia de Mauricio Macri de la mano de la normalización de la economía, la decadencia de los yacimientos maduros a nivel local y las condiciones internacionales.

El atractivo del gas

Los números oficiales muestran que las empresas buscan cada vez más los denominados recursos no convencionales. Un 43% de la inversión petrolera de este año se destinará a la búsqueda y producción de esos activos.

"En particular en gas, muchos proyectos no convencionales dejan la etapa de piloto y pasan a un desarrollo más intensivo. En general, la elección de mitad de término extendió el horizonte político para la inversión de riesgo, como la petrolera. En petróleo ya estamos acoplados a los precios internacionales y estos lucen un poco más atractivos frente a las dudas que generaba el fin del barril criollo. Sumado a la reducción de algunos costos, les devuelven atractivo a algunos proyectos", explicó el ex secretario de Energía Daniel Montamat.

"Basta ver los planes de Tecpetrol e YPF, sin mencionar a Shell, Total y ExxonMobil, para entender el aumento de la inversión. Creo que influyen la liberación del precio del petróleo, el Plan Gas y los buenos resultados en Vaca Muerta", resumió Emilio Apud, otro ex secretario de Energía.

Aunque YPF lidera por mucho la inversión en Vaca Muerta (es una tendencia que comenzó cuando Miguel Galuccio era presidente y CEO de la empresa, y continuó con la actual gestión de su sucesor en la Presidencia, Miguel Gutiérrez), casi todas las grandes petroleras privadas del mundo tienen un pie allí. Entre ellas, Shell, ExxonMobil, Total y Wintershall.

También las locales Pluspetrol y Tecpetrol, del grupo Techint, que le anunció a Macri una inversión de US$ 2300 millones en marzo pasado para aumentar sustancialmente la producción de gas.

Vaca Muerta domina las discusiones entre los petroleros. A fines de octubre se hizo la exposición Argentina Oil & Gas 2017, el mayor encuentro del sector en el país.

"Para nosotros, Vaca Muerta es la oportunidad más importante de la Argentina en los próximos 10 años", resumió el presidente de Tecpetrol, Carlos Ormachea.

Y Jean-Marc Hosanski, director general de Total Austral, sostuvo: "Vaca Muerta es un cambio de paradigma para la Argentina que, además, le permitirá jugar un rol de exportador regional de gas".

Varios motivos convergen para la proliferación de los trabajos en Vaca Muerta. Una ley natural del petróleo sostiene que, por definición, a medida que la producción avanza, la actividad debe ir a buscar alternativas de suministro más difíciles y, por lo tanto, caras. Una de esas opciones es extraer el petróleo del mar, que obliga a las compañía a hacer toda la inversión de golpe.

Distinto es el caso de los recursos no convencionales, que permiten hacer los desembolsos por instancias, algo conveniente para las finanzas corporativas.

La petrolera bajo control estatal también hizo parte de los deberes. En 2013, un pozo le costaba a YPF US$ 16,2 millones, pero ese valor llegó a US$ 8,2 millones en el segundo trimestre del año pasado.

La diferencia se explica por el avance de la denominada curva de aprendizaje petrolera, clave para que las cosas sean más baratas y, por lo tanto, se puedan llevar a cabo de manera económica en un marco de precios bajos.

El Gobierno también aportó su aventón. El ministro de Energía, Juan José Aranguren, publicó en marzo pasado en el Boletín Oficial la resolución 46-E, que creó el Programa de Estímulo a las Inversiones en Desarrollos de Producción de Gas Natural proveniente de Reservorios No Convencionales.

Garantiza una remuneración mínima para los nuevos proyectos gasíferos de Vaca Muerta de US$ 7,5 por millón de BTU el año próximo, de US$ 7 en 2019, de US$ 6,5 en 2020 y de US$ 6 en 2021. Se estima que esos valores estarán por encima de los del mercado.

"Entiendo que hay dos fenómenos que pueden estar explicando el incremento. Por un lado, la mejora del clima político y económico que el Gobierno ha implementado con éxito en la Argentina, y por otro lado, la existencia del Plan Gas para las áreas no convencionales, un subsidio a la productoras que tiene fecha fija de vencimiento y es una oportunidad para las empresas que se toma o se deja", explicó el también ex secretario de Energía Jorge Lapeña.

Y agregó: "Un dato preocupante en materia de inversiones es que siguen sin aparecer desembolsos de riesgo en exploración en áreas convencionales".

Fuente: lanacion.com.ar

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